El blog. Consultancy Thinking
por Manuel Domínguez Churruca

La transficiencia en el tercer sector

Hay una palabra o quizá podamos llamarla más bien palabro, en la que cada día creo más. Tanto por su significado como por su sector de aplicación. Es la TRANSFICIENCIA en el tercer sector.

Para entendernos mejor dejemos claro lo primero de todo lo que entendemos por tercer sector, en nuestro caso y dadas las muchas definiciones del mismo, para nosotros serán todas las organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan en la mejora de la calidad de vida de personas y comunidades en cualquier parte del mundo.

Desde siempre se ha hablado de la necesidad de que las organizaciones de este llamado tercer sector trabajen en ganar la confianza de sus usuarios. Para ello se ha insistido mucho en la necesidad de ser transparentes. Transparencia que en mi opinión no se aplica solo al ámbito financiero sino a todas las actuaciones de la organización: financiero, comunicación, gestión de proyectos, recursos humanos,….

Una de las principales barreras con las que se encuentran los donantes es la confianza en las organizaciones. Siempre se tiene la duda de qué pasará con mi dinero una vez se lo de a la organización en cuestión. ¿Llegará a su destino, se utilizará convenientemente, servirá para algo pues son solo unos pocos euros…? Estas son algunas de las preguntas que todos nos hacemos antes de confiar en el proyecto de una organización del tercer sector.

La transficiencia en el tercer sector

Es aquí donde entra en juego el palabro en cuestión: transficiencia.

Transficiencia = Transparencia + Eficiencia

Porque entiendo que para ganar esa confianza del usuario la organización debe trabajar estos dos aspectos: transparencia y eficiencia en su gestión del día a día.

Transparencia

Transparencia en todo lo que hace. Con especial cuidado en la parte financiera que parece ser la que más dudas siempre genera. Transparencia es decir qué has hecho con tus recursos, en este caso económicos, en cada momento, a qué los has destinado. Y aquí entra en juego muchas veces la mala interpretación del concepto transparencia por parte de muchas organizaciones, que entienden transparencia con tener que destinar el 100% de los recursos económicos, es decir donaciones, a proyectos. En mi opinión un error.

Todo proyecto de ayuda tiene dos mundos: el allí, lugar donde se ayuda; y el aquí, de dónde surge esa ayuda. Muchas veces nos centramos tanto en el allí, en querer invertir todo en el proyecto, que nos olvidamos de cuidar el aquí, nuestra estructura, nuestros recursos, etc. Esto a largo plazo lo que provoca normalmente es que llegue un punto en que el proyecto no sea viable, pues complica la captación de donantes o sea demasiado engorroso y cansado de gestionar.

Te doy dos opciones: tú me das 50€ y yo los envío a destino, por ejemplo para pagar una beca de estudios en Kenia; o tú me das 50€ y yo los gestiono correctamente y los convierto en 400€, pudiendo enviar ese extra de 350€ a destino y pagar así más becas de estudios. ¿Qué prefieres? Estoy seguro que como yo eliges la segunda.

Eficiencia en el tercer sector

Eficiencia

Y es aquí donde hace su entrada la segunda parte del palabro. La eficiencia. Cuando tú donas un dinero a una organización, lo haces al conjunto de la organización no solo a un proyecto en cuestión. Lo haces porque te gusta la organización, su manera de trabajar, su mensaje, sus objetivos, su ámbito de actuación, … y por eso confías en ellos. Y confias en que harán el mejor uso posible de los recursos con los que cuentan, entre ellos el dinero que has donado.

Luego la organización hará el uso que considere oportuno de esos 50€, a veces será para destinarlos íntegramente a proyecto y a veces no.

Las organizaciones deben ser eficientes en la gestión de sus recursos. Invertir esos 50€ a lo mejor en mejorar su página web, en optimizar sus procesos internos, en comprar un nuevo software que mejore tiempos de gestión, en construir una buena marca,… Todo eso le ayudará a multiplicar sus recursos.

Está invirtiendo aquí para poder seguir ayudando allí. Eso si, si resulta que la organización en cuestión invierte e invierte el dinero aquí pero no es capaz de obtener un mayor retorno o  bien el porcentaje de inversión es muy superior al destinado a proyecto, entonces es que no está siendo eficiente con sus recursos y será entonces cuando tengas que plantearte el seguir o no colaborando con esa organización.

Por tanto es necesario diferenciar entre transparencia y eficiencia. La suma de las dos mejora la gestión de las organizaciones del tercer sector, aumenta la confianza de los usuarios y donantes, y ayuda a construir proyectos más sólidos y de mayor impacto. Además, como comentamos en otro artículo, debemos trabajar en mejorar otros aspectos de la gestión de organizaciones del tercer sector.

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